Me preguntaban: ¿Cuándo vas a recoger tu lámpara que en el camino has olvidado? Y yo les contestaba: -"Después,
después, después..." Pero sus voces subían cada vez más alto, sacudiéndome la vida, el alma, los huesos. Y me seguían preguntando: -"¿Cuándo vas a levantarte de entre la piedra y el polvo?" "Ya viene el día y el descanso, y el hundimiento de las sombras."
Entonces desperté, palpando con mis ojos y mi ser, el derrumbe de los hombres, y agitábase muy cerca el nacimiento de mil años. Cogí mi lámpara, y me eché a andar, y ya no hubo más después, porque ese "después" había llegado.
INGRID ZETTERBERG
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