Niña bella

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miércoles, 29 de diciembre de 2021

Mi osito amarillo...(Relato de la vida real)

 





Corría el año 1,958. Y yo tenía apenas siete años, y mi mejor amigo era mi osito amarillo,
relleno de paja...de aquellos osos de peluche
medio enjutos, con ojitos de vidrio, y triste
mirar... esos que ya no existen.

Recuerdo que yo lo abrazaba en las noches, 
para dormir, era mi protector si alguna sombra
nocturna rondaba en la ventana; me acurrucaba
en él, y eso bastaba para darme calma.

Cuando mi casa era sacudida por sismos en la
madrugada, no necesitaba salir corriendo. Mi
amado compañero de peluche era suficiente 
para mitigar mi angustia; me abrazaba a él con
fuerza y el miedo se ahuyentaba.

Pero una tarde triste, al regresar del colegio
mi oso amarillo ya no estaba sobre mi 
almohada. Le pregunté a la tía Rosa, y me dijo
que mi peluche se había ido al cielo porque 
estaba viejito. Entonces desesperada hurgué
por todos los rincones, ¡y cual no sería mi 
sorpresa, al asomarme a la ventana!

Allí abajo sobre un basurero estaba arrojado
mi amado juguete de paja. Mi llanto fue
inagotable aquella tarde...Corrí a la cocina
y le supliqué a la tía Rosa que quitara la
llave de la puerta, que me era necesario 
recoger a mi osito bien amado. 
Ella me contestó que tenía órdenes de mi
madre, de no dejarme recogerlo, pues ella
tenía planeado comprarme un oso nuevo y grande.  ¡Qué desconsuelo! Lloré esa noche
hasta quedar dormida, sentía que me habían
arrancado el alma, la vida.

Pasaron los días, y una noche llegó mi mamá
con un oso envuelto en papel rosado, con
listón y todo.  Recuerdo que era un oso más
grande y rellenito, de color café claro, con
un lazo de seda anudado en el cuello.
Empecé resignada a dormir con él. Pero ese
nuevo peluche no significaba nada a mi 
corazón de niña dolida. Se había agotado mi
ternura.
El recuerdo de aquella imagen de mi oso
amarillo sobre la basura, me punzó en el 
alma por mucho tiempo. Nunca más por las 
noches me sentí protegida y consolada. Me
faltaba mi humilde osito de paja, aquel de 
los ojos tristes, el que yo amaba.

Relato de la vida real

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